El jengibre es muy bueno para tratar cualquier afección en los intestinos, pero más que nada al estómago y aparato digestivo en general. Estimula el páncreas y aumenta la producción de enzimas que favorecen a la digestión, evitando efectos secundarios como acidez o pesadez. Además, como es antibacteriano, es eficaz para combatir problemas intestinales producidos por una alteración en la flora.